Año XIV. Entrega nº 946
IXOS MONS
Circular Fonchanina - Bordas
Jueves, 12 de junio de 2025
"El campo, antes vida, ahora es un eco de sueños rotos". Es una frase, de la que desconocemos su autoría, y que encontramos hurgando en la idea del abandono de las labores tradicionales del campo, especialmente del ámbito de la montaña.
Un abandono que comenzaría a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado y que difícilmente se pudieron sustituir esos “sueños rotos” por los “cantos de sirena” que encandilaron a las gentes que, en un incesante goteo abandonaban casas, enseres, tierras, historias… vidas, en definitiva, labradas en hostiles territorios siguiendo las costumbres ancestrales de sus antepasados… hasta que… no se pudo más. Hoy en día es poco, muy poco lo que queda de aquello, de las esquilas del ganado, del tañer de las campanas, del fiel seguimiento de las estaciones. Mientras algunos ojos se iban cerrando, otros, los más abiertos, ponían su punto de mira en la “tierra prometida”.
En muchos de los valles que se descuelgan de la cordillera, se van apagando esos recuerdos, y cualquier signo de haber sido antropizados se van ahogando entre la maleza, al igual que los recuerdos, que van amarilleando en la memoria. En los Pirineos conviven, no de forma muy harmoniosa, los dos extremos, los valles engullidos por el turismo de masas, y aquellos que, pudiendo estar al lado, no comparten esa masificación, y es la naturaleza la que va ocupando su lugar.
Uno de esos valles, no sabemos por cuánto tiempo, es el de Castanesa, vertebrado por el río Baliera, que nace en su cabecera con la aportación de varios de los barrancos que se deslizan por las laderas de grandes montañas, como son las que conforman el circo que ve nacer al río Isábena, o esa singular Sierra Negra, que comparte sus aguas con Vallibierna. Un río que ha ido labrando su curso sobre pizarras devónicas y carboníferas de la era Paleozoica entre 300 y 500 millones de años. Unos valles, ocupados por pueblos en su zonas media y baja, y por bordas aguas arriba.
Grandes bordas con estatus de vivienda, o pequeñas, incluso cabañas, donde se faenaba en verano, al cuidado de las reses. El valle de Castanesa es un buen ejemplo de ello, y son algunas de ellas, testigo mudo de duras jornadas de trabajos, las que nos proponemos visitar en esta circular que parte de Fonchanina, una aldea por encima de Castanesa, a cuyo municipio pertenecía en 1834, y que en los documentos históricos no se cuentan más de 9 casas, no habiendo hoy en día ninguna en la que se viva de forma permanente, sin embargo, las hay bien cuidadas.
De la fuente de buenas aguas, frente al lateral norte de la pequeña iglesia de San Antonio, partimos junto al GR 18, que dejamos a la salida del pueblo para tomar una variante del PR-HU 100, que nos va bajando precipitadamente, como si tuviera prisa, hasta el lecho del río, que cruzamos por la palanca de Siscarri. Por el mismo bosque, sólo cortado por el río, vamos subiendo hacia la primera borda de la ruta, la de Siscarri, con casa principal y varios edificios auxiliares, un conjunto que, a buen seguro, estaría habitado y que, seguro también que, tras momentos de angustia e indecisión, sería dejada a su suerte, al albur de ese mundo natural que todo lo engulle, si se le deja.
Justo encima, encontramos las tablillas que nos indican que la variante que traíamos se une al principal PR-HU 100 o Camino de la Montaña, que sube, o baja, según le dé, a la collada de Basibé, donde este gran valle se asoma a las extensas tierras de Cerler. Bien, seguimos pues, vestidos de bosque, por el camino tradicional de esta margen derecha del río. Hay tramos de todo tipo, desde aquellos por los que andar aporta un toque mágico, y otros muy vestidos, en los que hay que tener cuidado porque no se ve el terreno que se pisa, incluso interceptados por troncos que no facilitan el paso.
Seguimos transitando por el bosque, atravesando barrancos, algunos sin nombre en los mapas. Pasamos por más bordas, las de Llapiero, que se esfuerzan en conservar, aunque ya no tengan la función de antaño; la de Tonera, totalmente espaldada, precedida por un abrevadero que servía de lavadero, y desde donde salimos del bosque siguiendo las balizas que, en algún caso son sobrepasadas por la vegetación.
Les siguen las de Señís, que también han llevado mala vida; y finalmente las de Valfu
rosa, en las que se ve un intento de conservación. Al cuarto de hora se nos presenta el desvío de otra variante del PR-HU 100, que tomamos para bajar, ya decididamente, al río, dejando que el principal siga su curso hacia la collada de Basibé, como decíamos anteriormente. Un río, éste de Baliera, que cruzamos, en esta ocasión por la palanca de Valfurosa, para subir a la pista que vertebra el valle por la margen izquierda y que, a las pocas decenas de metros, esta variante de PR se rinde ante el GR 18, que viene, o va, nunca se sabe, del collado de Salinas.
Ya más tranquilos, sólo resta recorrer la pista hasta Fonchanina, donde nos sorprende una nutrida colonia de Ramonda myconi, denominada así en honor de Ramond de Carbonnières. Su nombre popular más extendido es el de "Oreja de oso", y es una auténtica joya botánica, endémica de las sierras calizas, tanto de los Pirineos, como de las Sierras Exteriores. No se encuentra en ningún otro lugar del mundo, siendo superviviente de la Era Terciaria, pues no sé, como hace 55/60 millones de años, cuarto de hora arriba o abajo.
Finalmente, llegamos a Fonchanina, de donde habíamos partido hace 4 horas y tres cuartos, recorriendo 10,8 km, con un desnivel acumulado en torno a los 550 m D+/- (Wikiloc: 390 m D+/-), con una pendiente media de 5,09%, habiendo alcanzado una altitud máxima en los 1554 m de un punto entre el barranco Formuelo y el del Coll de Salse.
BIBLIOGRAFÍA
Gran Enciclopedia Aragonesa. Varios autores. Unali (1980)
Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados, II. Antonio Ubieto. Anubar (1985)
RECURSOS DIGITALES
Las fotos, con sus comentarios, y el track
Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.
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